Trump visita ‘Alligator Alcatraz’, el proyecto de Florida para encerrar a miles de inmigrantes en tiendas de campaña junto a los pantanos

<p><a href=»https://www.elmundo.es/e/do/donald-trump.html» target=»_blank»><strong>Donald Trump</strong></a> convirtió la deportación de millones de personas en el eje central de su campaña electoral. <strong>Durante meses y meses habló de una «invasión masiva»</strong>, de bandas criminales, ladrones, asesinos y violadores, alimentó el mito de que muchos países extranjeros vaciaban sus cárceles y sus centros psiquiátricos para mandar a todos los internos a <a href=»https://www.elmundo.es/internacional/estados-unidos.html» target=»_blank»>Estados Unidos</a>. Una vez llegado al poder, mientras aplica las políticas más restrictivas para detener a decenas de miles de personas, cuestiona los derechos de los Estados y maniobra para destruir las llamadas ‘ciudades santuario’, ha mantenido la misma retórica. Pero acompañada además de un nivel de deshumanización, frivolidad y crueldad inéditos.</p>

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 El presidente y las autoridades locales presumen de que caimanes y pitones impedirán las fugas. Cinco personas han muerto este año en el estado mientras estaban detenidas por el ICE  

Donald Trump convirtió la deportación de millones de personas en el eje central de su campaña electoral. Durante meses y meses habló de una «invasión masiva», de bandas criminales, ladrones, asesinos y violadores, alimentó el mito de que muchos países extranjeros vaciaban sus cárceles y sus centros psiquiátricos para mandar a todos los internos a Estados Unidos. Una vez llegado al poder, mientras aplica las políticas más restrictivas para detener a decenas de miles de personas, cuestiona los derechos de los Estados y maniobra para destruir las llamadas ‘ciudades santuario’, ha mantenido la misma retórica. Pero acompañada además de un nivel de deshumanización, frivolidad y crueldad inéditos.

Al menos 10 inmigrantes han muerto bajo custodia de ICE, la agencia que organiza las redadas y que está deteniendo a personas por todo el país con agentes encapuchados, fuertemente armados y que a menudo no se identifican mientras meten por la fuerza a extranjeros en furgonetas. Al menos dos de las muertes fueron suicidios. Según informaba The New York Times este domingo, durante los cuatro años del Gobierno de Biden, se produjeron un promedio de siete muertes al año bajo custodia de ICE. Cinco de las 10 personas estaban detenidas en Florida, entre ellos Isidro Pérez, un cubano de 75 años que emigró a Estados Unidos en 1966, hace casi 60 años, y que falleció con dolores en el pecho mientras se encontraba detenido en el Centro de Procesamiento de Servicios Krome en Miami.

Las historias que se conocen cada día son puro terror. Adultos detenidos mientras se abandona a sus hijos menores en plena calle. Internamientos durante días o semanas sin que se sepa qué ha pasado o se informe a las familias. Privación de derechos básicos, incluyendo abogados o ayuda consular, por no hablar de una vista ante un juez. Presiones para firmar autodeportaciones, vuelos secretos para prisiones de El Salvador. O casos de personas asiáticas que han sido expulsadas a países como Sudán del Sur. En ese entorno se encuadra la visita que ha hecho este martes el presidente Trump a lo que festivamente se ha bautizado como Alligator Alcatraz, un centro que Florida está improvisando en los terrenos de un aeródromo casi abandonado para albergar a miles de inmigrantes en tiendas de campaña y jaulas. Una prisión que estará «custodiada por caimanes y patrullada por pitones para inmigrantes ilegales que creían poder manipular el sistema».

El nombre está pensando para atraer la atención y en entusiasmo del presidente, que hace unas semanas ya prometió reabrir la prisión de Alcatraz, en San Francisco, a pesar de que lleva décadas abandonada y convertida en centro turístico. La gente que rodea al presidente, o que quiere su atención, sabe que combinando la idea de Alcatraz, una prisión con fama de no permitir fugas, con depredadores, el éxito está asegurado. Igual que hace tres meses el proyecto estrella fue la base de Guantánamo, cargada de enorme simbolismo. Aunque eso suponga frivolizar lo que las ONG denuncian como poco más que un campo de concentración. «Señor presidente, en 2018 sugirió poner caimanes en el Río Grande para impedir los cruces en Texas. ¿Es un sueño hecho realidad para usted?», le ha preguntado este martes un periodista local a Trump. «Sólo hay un camino para entrar y… la única salida es un vuelo de ida», celebró este lunes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, al mostrar las instalaciones a los periodistas mientras elogiaba a los reptiles locales como el mejor método para disuadir a los detenidos de intentar escapar.

Todo se ha hecho muy deprisa. El Gobierno de Florida anunció a principios de la semana pasada que habían obtenido la aprobación federal para construir un centro de detención en el Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier, una pista de aterrizaje aislada de 39 millas cuadradas ubicada dentro de los humedales de la Reserva Nacional Big Cypress, junto al Parque Nacional Everglades. Las instalaciones constarán principalmente de tiendas de campaña y prefabricados, no edificios. Ahora mismo hay 1.000 camas disponibles, pero podrían doblarse esta misma semana, y está previsto que pueda inaugurarse con 5.000 camas, la mitad de su capacidad máxima, en la primera quincena de julio.

«Es un sitio increíble (…) A los detenidos se les debe enseñar a no huir de los reptiles en línea recta«, ha afirmado Trump este martes ante las cámaras. «¿Y saben qué? Sus posibilidades aumentan aproximadamente un 1%. Eso no es bueno», ha añadido en la visita junto al gobernador de Florida, Ron DeSantis, su ex rival presidencial, y a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi L. Noem, cuyo departamento está colgando fotomontajes en sus redes sociales de caimanes y cocodrilos con gorras del ICE y canciones pegadizas. Su agencia, que dirige la ofensiva del Gobierno de Trump contra la inmigración ilegal, quiere llegar a una cuota diaria de 3.000 arrestos. Y para eso necesita también duplicar el número actual de camas en todo el país, alcanzando las 100.000. A mediados de junio, el ICE tenía más de 56.000 personas detenidas, según un análisis de Bloomberg, pero la agencia sólo cuenta con fondos para albergar a unas 41.500.

El Partido Republicano de Florida ya está vendiendo fundas aislantes para vasos y camisetas con el lema Alligator Alcatraz. «Si traes a la gente aquí no se irán a ninguna parte, porque buena suerte para llegar a la civilización», ha dicho DeSantis. «La seguridad es increíble, tanto natural como de otro tipo». En realidad, los ataques de caimanes a humanos son inusuales. La Comisión de Pesca y Vida Silvestre de Florida, citada por The Washington Post, calcula que «la probabilidad de que un residente de Florida resulte gravemente herido durante un incidente no provocado con un caimán es de aproximadamente una en 3,1 millones», y estima que entre 1948 y 2022 se produjeron 453 incidentes de mordeduras no provocadas en el estado, 26 de ellas mortales.

Según el Seguridad Nacional, la instalación costará unos 450 millones de dólares al año, aunque gran parte de esa cantidad será reembolsada por la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), vilipendiada siempre por el universo MAGA de Trump y reconvertida en algo muy diferente por medio de su presupuesto. Grupos políticos, el Partido Demócrata, organizaciones medioambientales e incluso tribus de nativos se oponen al proyecto, con poco éxito por el momento. DeSantis espera que Alligator Alcatraz será el primero de varios centros de detención de inmigrantes administrados por el estado. Según un documento al que tuvo acceso Bloomberg News, DeSantis ha propuesto un segundo campamento cerca de Jacksonville, en el noreste de Florida.

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