<p class=»ue-c-article__paragraph»><strong>Los gazatíes, a Somalia.</strong> Ese es uno de los proyectos que la consultora estadounidense Boston Consulting Group llevó a cabo para un grupo de empresarios de <a href=»https://www.elmundo.es/internacional/israel.html» target=»_blank»>Israel</a>, según el diario británico <i>Financial Times</i>. El plan, desvelado hace un mes, <strong>preveía mandar a otros países entre 500.000 y 575.000 habitantes de Gaza a cambio de 9.000 dólares</strong> (7.730 euros), y construir en la franja una especie de Dubái en el Mediterráneo -aunque su nombre era <a href=»https://www.elmundo.es/internacional/2025/07/08/686c00bee9cf4aee618b458c.html» target=»_blank»>»la Riviera de Gaza»</a>- especializado en turismo de lujo, criptodivisas, <i>fintech</i> y centros logísticos. Los palestinos que quedaran en el enclave vivirían en una situación de segregación racial similar a la de los negros, mulatos e indios en el <i>apartheid</i> sudafricano.</p>
La consultora estudió enviar a los palestinos a un país en guerra civil desde 1991 y a Somaliland, que ni siquiera ha sido reconocido por ninguna nación
Los gazatíes, a Somalia. Ese es uno de los proyectos que la consultora estadounidense Boston Consulting Group llevó a cabo para un grupo de empresarios de Israel, según el diario británico Financial Times. El plan, desvelado hace un mes, preveía mandar a otros países entre 500.000 y 575.000 habitantes de Gaza a cambio de 9.000 dólares (7.730 euros), y construir en la franja una especie de Dubái en el Mediterráneo -aunque su nombre era «la Riviera de Gaza»– especializado en turismo de lujo, criptodivisas, fintech y centros logísticos. Los palestinos que quedaran en el enclave vivirían en una situación de segregación racial similar a la de los negros, mulatos e indios en el apartheid sudafricano.
Boston Consulting Group (BCG) negó su participación en el proyecto que, dijo, había sido llevado a cabo por un grupo de consultores sin el consentimiento de la dirección de la empresa. Pero ahora el Financial Times ha añadido un poco más de leña al fuego al informar que el proyecto preveía asentar a parte de los palestinos en Egipto, Jordania, los Emiratos y, lo que es verdaderamente sorprendente, en dos territorios africanos (uno, ni siquiera es un país reconocido formalmente) que no son árabes: Somalia y Somalilandia.
Somalia es un país en guerra civil permanente desde hace tres décadas y media, que Estados Unidos ha bombardeado al menos 35 veces este año y cuyo Gobierno se sostiene gracias al presencia de 11.900 soldados de la Unión Africana. Somalilandia es un país -de hecho, una democracia- de facto, pero no de iure, puesto que ninguna nación lo ha reconocido como tal.
El plan había sido desarrollado conjuntamente por BCG y la ONG israelí-estadounidense, Gaza Humanitarian Foundation, que está gestionando los puntos de distribución de ayuda y comida en el territorio y cuyo objetivo es suplantar a Naciones Unidas en administración y reconstrucción de Gaza. El Parlamento británico lo está investigando.
La idea de BCG cuestiona uno de los objetivos de su propio plan, que era que los palestinos reasentados en otros países no quisieran volver a su tierra natal. Somalia tiene problemas de bandidaje y luchas sectarias crónicas, con gran parte del territorio controlado por el Estado Islámico y el grupo afiliado de Al Qaeda, Al Shabab, que controla una buena parte del territorio.
Aparte, Estados Unidos libra una enorme guerra secreta en territorio de Somalia. Según la web de noticias de Washington, Axios, sólo entre el 1 de febrero y el 4 de junio la Armada estadounidense bombardeó Somalia en 32 ocasiones. En una de ellas, en mayo, aviones con base en el portaviones nuclear Harry S. Truman lanzaron 60 toneladas de bombas. El último bombardeo conocido contra los yihadistas hasta la fecha se produjo el viernes de la semana pasada.
En Somalilandia, la situación es mejor a todos los niveles que en la propia Somalia. Pero es un país que legalmente no existe. El territorio se desgajó de Somalia en 1991 y, aunque es a efectos prácticos un país con un Estado, no lo es legalmente, ya que ninguna otra nación lo ha reconocido.
Nadie sabe, además, la capacidad que tienen Somalia y Somalilandia para acoger refugiados, aunque, al menos el primero de ellos, tiende a ser un gran generador de refugiados al resto del mundo. Lo que sí está claro es que, para Somalilandia, sería un paso más en la dirección de su aceptación por la comunidad internacional.
Somalilandia tiene excelentes relaciones con Estados Unidos desde hace décadas, y los presidentes de ese país han visto con buenos ojos su reconocimiento, especialmente a cambio de bases militares en un territorio estratégico, a la entrada del Mar Rojo y frente a Yemen.
Las propuestas para enviar palestinos a Egipto y Jordania han sido rechazadas por los Gobiernos de ambos países, que llevan meses resistiendo a las presiones de Washington en ese sentido. Ambos países están atravesando por graves problemas económicos, y la llegada de cientos de miles de refugiados no sólo agravaría esa situación sino, también, amenazaría su estabilidad política, en especial en Jordania, donde los descendientes de los palestinos que huyeron de Israel en 1948 y 1967 superan ya en número a la población local.
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