<p>La puesta en marcha del proceso de deportación de alrededor de mil presos colombianos, recluidos hasta ahora en las cárceles de Ecuador, ha provocado el enojo del gobierno de Bogotá, con Gustavo Petro a la cabeza. El presidente cafetero ha evocado incluso la guerra del siglo XIX en la Gran Colombia. <strong>Esta unión política entre ambos países</strong>, Venezuela y Panamá en los tiempos de Simón Bolívar saltó por los aires por las divisiones internas. </p>
La operación se llevó a cabo sin conocimiento previo de Colombia, lo que ralentizó el traslado de los presos
La puesta en marcha del proceso de deportación de alrededor de mil presos colombianos, recluidos hasta ahora en las cárceles de Ecuador, ha provocado el enojo del gobierno de Bogotá, con Gustavo Petro a la cabeza. El presidente cafetero ha evocado incluso la guerra del siglo XIX en la Gran Colombia. Esta unión política entre ambos países, Venezuela y Panamá en los tiempos de Simón Bolívar saltó por los aires por las divisiones internas.
El Ministerio de Interior ecuatoriano espera deportar este sábado a 700 prisioneros del país vecino, a quienes ha trasladado hasta el Puente Internacional de Rumichaca para que desde allí crucen la frontera binacional.
«Este operativo interinstitucional, que involucra distintas funciones del Estado, se ejecuta bajo estrictos protocolos de seguridad e irrestricto respeto a los derechos humanos y con la debida reserva de información, garantizado los procedimientos legales y los derechos fundamentales de cada persona privada de libertad», aseguró el Ministerio de Interior de Ecuador.
Las autoridades del país andino sostienen que se han llevado a cabo cerca de mil audiencias individualizadas como parte del proceso administrativo de deportación.
La operación se llevó a cabo sin conocimiento previo de Colombia, lo que ralentizó el traslado de los presos. En medio de la tensión, los reos eran identificados por la Policía colombiana: si tienen causas pendientes se trasladan hasta la prisión de Ipiales, mientras que quienes no tenían antecedentes policiales y judiciales eran puestos en libertad. De los primeros 600, incluidas 60 mujeres, sólo 11 estaban en búsqueda y captura.
Ecuador cumple año y medio con la declaración de conflicto armado interno, que ha llevado a los militares a las calles para combatir al narcotráfico y al crimen organizado. Las bandas tradicionales ecuatorianas, en alianza con los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, han contratado a sicarios del país vecino y cuentan también con soldados llegados desde Colombia. Ecuador se ha convertido en cinco años en uno de los países más violentos del mundo.
El gran capo del narco ecuatoriano, el famoso Fito, fue extraditado hace una semana a Estados Unidos, donde será juzgado por narcotráfico. Fito encabezaba la banda histórica de Los Choneros.
La acción unilateral de Ecuador ha provocado una crisis diplomática con Colombia. «Ecuador nos responde con desdén. Si la Gran Colombia entra en guerra, entra en guerra la humanidad. Si la Gran Colombia se encuentra, se encuentra la humanidad», reaccionó el presidente Gustavo Petro en sus redes sociales.
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