El Gobierno israelí aprueba el plan para la toma de control de la ciudad de Gaza

<p>Tras más de diez horas de reunión, el gabinete de seguridad israelí ha aprobado esta madrugada el plan para <strong>tomar el control de la ciudad de Gaza </strong>confirmando así la ampliación de la operación militar en el enclave palestino propuesta por el primer ministro<strong> Benjamín Netanyahu.</strong></p>

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 La propuesta de la ocupación de la ciudad para acabar con Hamas contaba con la oposición del jefe del ejército.  

Tras más de diez horas de reunión, el gabinete de seguridad israelí ha aprobado esta madrugada el plan para tomar el control de la ciudad de Gaza confirmando así la ampliación de la operación militar en el enclave palestino propuesta por el primer ministro Benjamín Netanyahu.

Poco antes del dramático encuentro en Jerusalén que estuvo acompañado por varios actos de protesta en las calles, Netanyahu había revelado su intención de tomar el control militar de toda la Franja de Gaza -hoy Israel controla alrededor del 75% de su territorio- para echar al grupo islamista aunque sin anexionarla. Según dijo, su control sería entregado a fuerzas árabes para que la controlen y gobiernen.

«El gabinete aprobó la propuesta del primer ministro para derrotar a Hamas. El ejército se preparará para tomar el control de la ciudad de Gaza mientras brinda ayuda humanitaria a la población civil fuera de las zonas de combate», indica el comunicado de la oficina del primer ministro. Contrario a la ocupación de la ciudad de Gaza-último gran feudo de lo que queda del brazo armado de Hamas- y una zona en el centro de la franja, el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, había propuesto realizar incursiones intensas y puntuales.

Miles de israelíes se manifestaron anoche en Jerusalén y Tel Aviv en protesta por la expansión de las acciones militares alertando a su Gobierno que puede suponer la sentencia de muerte para los secuestrados aún en cautiverio de Hamas y Yihad Islámica. De los 50, al menos 20 están vivos. Tras esto, la policía detuvo a nueve personas en Tel Aviv tras cortar una vía durante una marcha ilegal y desobedecer órdenes policiales, recoge Efe.

Con la negociación de tregua paralizada y aún sin lograr los dos objetivos declarados tras el ataque yihadista del 7 de octubre del 2023 (vuelta de todos los secuestrados y acabar completamente con Hamas), el mini gabinete israelí también ha aprobado sus cinco condiciones para el fin de la guerra: El desarme de Hamas, la vuelta de todos los secuestrados, la desmilitarización de la Franja de Gaza, su control de seguridad israelí y un gobierno civil alternativo que no sea Hamas ni la Autoridad Palestina.

«Yo no quiero perpetuar a Hamas sino doblegarlo. El método actual no ha traído la liberación de los secuestrados y así no podemos seguir», dijo Netanyahu a Zamir en la reunión mientras el jefe de los uniformados sostuvo que la «ocupación pondrá en peligro de forma significativa la vida de los secuestrados y provocará un mayor desgaste de los soldados». En este sentido, el gabinete afirma que la mayoría de sus miembros considera que «el plan alternativo presentado no conseguirá acabar con Hamas y la vuelta de los secuestrados».

A la oposición interna en Israel a una nueva ofensiva a gran escala, se une la de la comunidad internacional, ya muy crítica hacia Israel a raíz de la grave crisis humanitaria en Gaza de los últimos meses. La ONU alerta sobre «catastróficas consecuencias» para el ya devastado enclave palestino mientras Gran Bretaña y Francia señalan que sería un grave error que perjudicaría a los habitantes de la ciudad de Gaza-varios cientos de miles podrian ser evacuados al sur- e israelíes.

«No es una operación irreversible», señalan fuentes israelíes dando a entender que puede ser frenada en caso de la reanudación de la negociación de tregua para la vuelta de rehenes. Cabe recordar que el ejército necesita tiempo y más soldados para poner en práctica la toma de control de la ciudad de Gaza, feudo de lo que queda del brazo armado de Hamas. Ello requiere entre 4 y 6 divisiones y la evacuación de cientos de miles de habitantes. Es decir, este margen de tiempo sería también una forma de presión para la vuelta de la negociación.

Antes de reunirse con los principales ministros y la cúpula militar, Netanyahu dio una entrevista a la cadena FOX. A la pregunta sobre si tiene intención de tomar el control de toda la Franja de Gaza, respondió afirmativamente explicando que el motivo es «asegurar nuestra seguridad y quitar a Hamas de esta zona». Según aclaró, Israel entregará su control a un gobierno civil que «no sea Hamas ni ninguno que abogue por la destrucción de Israel». Detalló que serían «fuerzas árabes que gobiernen de forma adecuada sin que nos amenacen y aseguren una buena vida a los gazatíes. Esto no es posible con Hamas. La única manera de tener un futuro diferente es deshacernos de este ejército neonazi. Son crueles con nuestro pueblo y el suyo propio».

Aviso de Hamas y apoyo de EE.UU

«Las declaraciones de Netanyahu constituyen un claro cambio de rumbo en las negociaciones y revelan claramente los verdaderos motivos de su retirada de la última ronda, a pesar de que estábamos cerca de alcanzar un acuerdo final», reaccionó Hamas acusando a Netanyahu de querer «sacrificar a los cautivos debido a sus intereses personales y sus agendas ideológicas extremistas».

«Los intentos de ampliar los ataques contra nuestro pueblo palestino no serán un picnic. El precio que se exigirá a la ocupación y a su ejército será alto y costoso», advirtió el grupo islamista.

Israel cuenta con el apoyo de EE.UU para «elevar la presión militar sobre Hamas» tras la decepción causada en la última ronda negociadora en Doha de la que ambos acusan a Hamas. El propio Donald Trump señala que su país está centrado en el suministro de ayuda «para que todos tengan alimentos» en la Franja de Gaza. «Depende en gran medida de Israel», respondió este martes a la posible ampliación de la ofensiva.

El miércoles, Netanyahu mantuvo el encuentro de rigor sobre asuntos de seguridad con el jefe de la oposición Yair Lapid. «Le dije que la ocupación es una idea muy mala. No se inicia una acción de este tipo si la mayoría de la población no está detrás de ti, y el pueblo de Israel no está interesada en esta guerra por la que pagaremos costes demasiado pesados», reveló Lapid mientras algunos ministros responden que «los terroristas de Hamas no nos ha dejado otra opción al negarse a entregar los secuestrados y las armas».

El optimismo de hace un mes en la Plaza de los Secuestrados en Tel Aviv ha dado paso no solo al pesimismo sino también al pánico. No solo la tregua se aleja sino que si los soldados se acercan a donde están los rehenes, éstos podrían ser asesinados por sus captores.

«Estoy absolutamente en contra. Desde el principio, me opongo a alargar la guerra y tengo mis dudas sobre los verdaderos objetivos», comenta a EL MUNDO la argentina-israelí Zulema Ber Kleinbort, residente de Ashdod que acude a la plaza tres veces por semana junto con su marido como voluntaria. «Cuando veo el número escrito acá , me mata el alma», añade apuntando en su camiseta al número de días de cautiverio que se acerca a los 700.

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