<p>»Rearmar Europa como muy tarde en 2030″; «reforzar nuestro apoyo a Ucrania»; y «la inmigración». Los que preceden son los tres principales puntos de acción y objetivos que la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha fijado para la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea que desde esta semana ostenta. Y en ese último punto, en el de la política migratoria, las propuestas y casi exigencias son muy contundentes: <strong>expulsar a los extranjeros que delinquen</strong> y que no respetan los valores y estilos de vida europeos.</p>
La primera ministra Frederiksen, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo desde esta semana, sostiene que el «sistema de asilo está roto». Su Gobierno también está ofreciendo hasta 80.000 euros a las familias sirias que deciden volver
«Rearmar Europa como muy tarde en 2030»; «reforzar nuestro apoyo a Ucrania»; y «la inmigración». Los que preceden son los tres principales puntos de acción y objetivos que la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha fijado para la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea que desde esta semana ostenta. Y en ese último punto, en el de la política migratoria, las propuestas y casi exigencias son muy contundentes: expulsar a los extranjeros que delinquen y que no respetan los valores y estilos de vida europeos.
«El sistema actual de asilo está roto. En este momento, son los traficantes de personas quienes tienen el poder de decidir quién entra a Europa y quién no. Y, mientras tanto, vemos las consecuencias de la migración descontrolada en nuestras sociedades. Necesitamos tener control sobre nuestras propias fronteras», expuso ayer Frederiksen en Aarhus, en donde se están celebrando los actos de inicio de presidencia y que este jueves acogió la reunión del Colegio de Comisarios.
«Y seré muy franca», prosiguió la primera ministra socialdemócrata de Dinamarca. «Las personas que vienen de fuera y cometen delitos graves, que no respetan nuestros valores ni nuestro modo de vida, no tienen cabida en Europa. Deben ser expulsadas«.
Frederiksen insistió en que son necesarias «nuevas soluciones que reduzcan el flujo de migrantes hacia Europa», y en su propio Ejecutivo ya han puesto en marcha medidas que buscan reducir esa corriente migratoria. O más bien, hacer que los que ya se encuentran en territorio danés regresen a su país.
El Gobierno danés, en concreto, está ofreciendo hasta 80.000 euros a las familias sirias que tienen permiso de residencia para que regresen a Siria. Por ahora, desde Copenhague señalan que algo menos de 1.000 familias han aceptado ser repatriadas a cambio de esta suma, y añaden que el programa está abierto a otras nacionalidades.
Por todo ello, por lo que aspira a desarrollar en la UE y lo que ya está aplicando en su país, las políticas de Frederiksen han sido no pocas veces comparadas con las de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y sus centros de deportación de inmigrantes. En el Ejecutivo danés señalan siempre que entre ambas líderes existe una gran diferencia y que, como ya se ha apuntado, son socialdemócratas. Pero la socialdemocracia de Dinamarca no es exactamente la misma que, por ejemplo, la de España.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, también intervino ayer junto a Frederiksen y subrayó que durante la presidencia danesa esperan llevar a cabo grandes avances en materia de migración. Que se debe avanzar, por ejemplo, en las propuestas de retorno de inmigrantes a terceros países seguros. La alta funcionaria alemana ya se ha referido en anteriores ocasiones a las soluciones «innovadoras», que es el eufemismo con el que Bruselas se ha referido al modelo Meloni, así que con todos estos ingredientes parece claro que en los próximos seis meses habrá novedades importantes.
Von der Leyen también se refirió al apoyo a Volodimir Zelenski, que ayer se desplazó asimismo a Aarhus, y por supuesto al proceso de rearme de Europa. En este punto va a encontrar igualmente en Dinamarca a un socio con el que avanzar en el presente semestre. De hecho, el país ya superará este año el 3% del PIB en inversión militar, y alerta siempre del peligro que supone Vladimir Putin.
«La agresión rusa es la amenaza más significativa para Europa, y muchas fuentes, incluido el servicio de inteligencia danés, estiman que la amenaza militar de Rusia aumentará en los próximos años«, apuntaba esta misma semana el viceprimer ministro del Gobierno danés y ministro de Defensa, Troels Lund Poulsen.
«Yo por mi parte solo puedo recomendar usar ahora SAFE», incidió ayer Von der Leyen en alusión al fondo europeo de 150.000 millones de euros para financiar compras conjuntas en Defensa. La máxima responsable de la Comisión recordó que este instrumento permite a los países miembros «coger el dinero y comprar equipamiento militar y dárselo a Ucrania, o invertirlo en la eficiente industria de defensa ucraniana».
Y a lo que evitó en todo momento referirse Von der Leyen es a la moción de censura que tendrá que afrontar la próxima semana en el Parlamento Europeo. El procedimiento es el resultado de la iniciativa del eurodiputado ultraconservador rumano Gheorghe Piperea, y difícilmente prosperará dado que ni siquiera su partido, el ECR precisamente de Meloni, la ha apoyado en su conjunto.
Pero sí es una muestra clara de las dificultades políticas que debe afrontar Von der Leyen, empezando por el propio ‘caso Pfizer’ que ha desatado la moción. Desde la Comisión se limitan a apuntar lo siguiente: «Tales iniciativas son un derecho de los miembros del Parlamento. No tenemos más comentarios».
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