Merkel celebra que el futuro Gobierno alemán endurezca la migración que ella facilitó

<p>El acuerdo de coalición alcanzado por democristianos (CDU/CSU) y socialdemócratas (SPD) alemanes ha puesto en marcha la diplomacia europea y, a nivel doméstico, generado reacciones tan inesperadas y sorprendentes como la de <strong>Angela Merkel</strong>. La ex canciller ha roto el voto de silencio que hizo al abandonar la política para <strong>celebrar el endurecimiento de la política migratoria</strong>. Ella, que abrió las fronteras del país a cientos de miles de sirios y afganos, creando el mayor movimiento migratorio en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. En declaraciones a la emisora Deutschlandfunk Kultur, Merkel afirmó que, pese a las diferencias de «dicción y tonalidad, si se mira más de cerca», ella también representaba los mismos objetivos. <br><br>Merkel dijo que <strong>siempre ha estado a favor de combatir la inmigración ilegal </strong>y castigar a los traficantes de personas y ha considerado correcto que -consultando con los vecinos- hubiera devoluciones en las fronteras. En retrospectiva, sin embargo, Merkel criticó a la comunidad internacional por no examinar más de cerca la situación de las personas en los campos de refugiados de Siria y Jordania tras el inicio de la guerra siria. En su opinión, el Programa Mundial de Alimentos y los programas para refugiados deberían haber recibido mucho más apoyo.</p>

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 La ex canciller rompe el voto de silencio que hizo al abandonar la política y dice en una entrevista que siempre ha estado a favor de combatir la inmigración ilegal y castigar a los traficantes.  

El acuerdo de coalición alcanzado por democristianos (CDU/CSU) y socialdemócratas (SPD) alemanes ha puesto en marcha la diplomacia europea y, a nivel doméstico, generado reacciones tan inesperadas y sorprendentes como la de Angela Merkel. La ex canciller ha roto el voto de silencio que hizo al abandonar la política para celebrar el endurecimiento de la política migratoria. Ella, que abrió las fronteras del país a cientos de miles de sirios y afganos, creando el mayor movimiento migratorio en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. En declaraciones a la emisora Deutschlandfunk Kultur, Merkel afirmó que, pese a las diferencias de «dicción y tonalidad, si se mira más de cerca», ella también representaba los mismos objetivos.

Merkel dijo que siempre ha estado a favor de combatir la inmigración ilegal y castigar a los traficantes de personas y ha considerado correcto que -consultando con los vecinos- hubiera devoluciones en las fronteras. En retrospectiva, sin embargo, Merkel criticó a la comunidad internacional por no examinar más de cerca la situación de las personas en los campos de refugiados de Siria y Jordania tras el inicio de la guerra siria. En su opinión, el Programa Mundial de Alimentos y los programas para refugiados deberían haber recibido mucho más apoyo.

En su entrevista, Merkel también dio fe de la «absoluta voluntad de poder» de su compañero de partido y futuro canciller, Friedrich Merz. «Lo que nos separaba un poco era simplemente el hecho, que ocurre muy a menudo en la vida, de que los dos queríamos ser líderes», dijo la ex canciller. Sin embargo, Merz manifestó su intención y ahora había aprovechado la oportunidad. Merkel se refirió bromeando a sí misma y a Merz como un «dream team» cuando se mostró una foto de los dos juntos durante la elección de Merkel como líder del partido CDU en 2000. «Soy un año mayor que él y casi podría decirse que somos una buena cosecha, porque duraremos mucho tiempo», ironizó Merkel, que siempre vio a Merz como un rival a batir y de hecho lo hizo aparándole de la jefatura del grupo parlamentario para ponerse ella. La enemistad entre ambos es conocida. Ni siquiera hay constancia de que la ex canciller haya felicitado a Merz por su victoria electoral el pasado febrero.

El vecino francés también tiene razones para el sonrojo. Aunque Francia está gobernada por coaliciones minoritarias desde el pasado mes de julio, ve con escepticismo la tradición alemana de acuerdos de coalición con mayoría parlamentaria. El llamado «motor europeo», además, no tira. El presidente galo, Emmanuel Macron, sin embargo, ya ha movido ficha. Ha enviado a Berlín a su hombre de confianza, Clément Beaune, de quien espera obtener una visión interna del pacto alcanzado el miércoles por la CDU/CSU y el SPD y aún pendiente de aprobación por las bases, en el caso del SPD y de las ejecutivas en el de la CDU y CSU.

Beaune y sus interlocutores en Berlín deben identificar los temas en los que Francia y Alemania pueden colaborar y se parte de la base que no serán muchos. París ha aprendido del pasado que las promesas hechas en los acuerdos de coalición no deben sobrevalorarse. Por ello, el hecho de que las relaciones francoalemanas sólo se mencionen brevemente en el acuerdo de coalición entre la CDU/CSU y el SPD ha sido aceptado hasta ahora sin críticas.

En la vecina Austria también prevalece el escepticismo. Ante el avance de la derecha populista también en ese país, los analistas temen que la gran coalición que dirigirá Merz sea una última oportunidad para el centro político, pero al precio de un elevado endeudamiento. En la revista de prensa que circula por los despachos en Berlín se leen titulares como «Merz, la última oportunidad del centro alemán» o «El nuevo comienzo en Berlín no se percibe como dinámico ni alegre». Con una Alternativa para Alemania (AfD) cada vez más fuerte. «Merz debe cumplir» y, en caso de las devoluciones en caliente, no podrá hacerlo. Las rutas migratorias hacia Alemania pasan por los Balcanes y Austria, y el Gobierno ya dejó claro en otoño que no se aceptarán rechazos unilaterales e ilegales. Suiza mantiene la misma posición. La Oficina Federal de Migración helvética insiste en el cumplimiento de la legislación europea.

Mientras, la hoja de ruta para la cristalización del gobierno de gran coalición se va aclarando, la noria de «ministrables» sigue girando. La copresidenta del SPD, Saskia Esken, ha lanzado el lema de que ahora no se trata de nombres sino de contenido, es decir, que hasta que no se apruebe el acuerdo por los órganos correspondientes no se harán públicos los nombres de los ministros. Merz y el primer ministro bávaro, en tanto de líder de la CSU, también quieren manejarlo así.

Los conservadores darán el visto bueno al acuerdo antes de Semana Santa en sendas conferencias, no en congresos de los partidos. No lo aconseja la decepción en las bases de la CDU con un Merz que, supuestamente, ha traicionado las bases rectoras del partido en las negociaciones con el SPD.

En el caso del SPD, la votación de los 358.322 afiliados comienza el 15 de abril y finaliza el 29 del mismo mes a las 23.59 horas. El resultado se dará a conocer inmediatamente después, junto con los nombres de los ministros. El guion continuará con la firma del acuerdo de coalición y, probablemente el 7 de mayo, con la elección de Merz como canciller en el Bundestag.

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