<p>Escribió <strong>Cánovas </strong>que «la Corona no puede estar tan alta que se pierda entre las nubes». Si esto era ya un anhelo en el siglo XIX respecto a una institución que se transformaba al ritmo que empezaba a exigir el liberalismo político, en el XXI resulta un principio ineludible en toda <strong>Monarquía parlamentaria</strong>. Hay quien con éxito ha acuñado la expresión <strong>Monarquía del bienestar</strong> para explicar cómo las funciones y aun la justificación de la existencia de los Tronos en nuestro tiempo están cada vez más ligadas a haberse convertido en agentes activos de demandas bien terrenales que no necesariamente son las más urgentes para quienes dirigen la acción política pero que contribuyen con claridad a la mejora de las condiciones de vida de las sociedades en las que reinan. Y de ejercer como altavoces de causas que se benefician de la atención de esas <strong>figuras despojadas de poderes pero dotadas de enorme influencia y auctoritas</strong> que son los monarcas parlamentarios.</p>
Los soberanos británico, nipón y sueco, los más comprometidos con el medioambiente, según una investigación que ve ahora la luz
<p>Escribió <strong>Cánovas </strong>que «la Corona no puede estar tan alta que se pierda entre las nubes». Si esto era ya un anhelo en el siglo XIX respecto a una institución que se transformaba al ritmo que empezaba a exigir el liberalismo político, en el XXI resulta un principio ineludible en toda <strong>Monarquía parlamentaria</strong>. Hay quien con éxito ha acuñado la expresión <strong>Monarquía del bienestar</strong> para explicar cómo las funciones y aun la justificación de la existencia de los Tronos en nuestro tiempo están cada vez más ligadas a haberse convertido en agentes activos de demandas bien terrenales que no necesariamente son las más urgentes para quienes dirigen la acción política pero que contribuyen con claridad a la mejora de las condiciones de vida de las sociedades en las que reinan. Y de ejercer como altavoces de causas que se benefician de la atención de esas <strong>figuras despojadas de poderes pero dotadas de enorme influencia y auctoritas</strong> que son los monarcas parlamentarios.</p>
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