Las claves de la victoria de Noboa en Ecuador: así fue la estrategia que multiplicó sus votos

<p class=»ue-c-article__paragraph»><a href=»https://www.elmundo.es/internacional/ecuador.html» target=»_blank»><strong>Daniel Noboa</strong></a> volvió a frotar el pasado domingo la lámpara de los trucos electorales, que en 2023 trasladó a un joven político desconocido en un viaje alucinante desde el penúltimo lugar en las encuestas hasta el Palacio de Carondelet. La <a href=»https://www.elmundo.es/internacional/2025/04/14/67fcb305e4d4d87a298b458c-video.html» target=»_blank»>»victoria histórica»</a> comenzó a fraguarse una vez acabada la primera vuelta, que se saldó con sólo 16.000 votos de ventaja sobre su rival revolucionaria, Luisa González. Tanto era su disgusto aquel domingo de febrero, que Noboa ni siquiera compareció ante los medios.</p>

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 Ordenó a sus ministros que salieran de sus despachos y se desplegaran por el territorio, calle a calle, liderados por dos mujeres: su esposa, Lavinia Valbonesi, y su madre, Annabella Azín  

Daniel Noboa volvió a frotar el pasado domingo la lámpara de los trucos electorales, que en 2023 trasladó a un joven político desconocido en un viaje alucinante desde el penúltimo lugar en las encuestas hasta el Palacio de Carondelet. La «victoria histórica» comenzó a fraguarse una vez acabada la primera vuelta, que se saldó con sólo 16.000 votos de ventaja sobre su rival revolucionaria, Luisa González. Tanto era su disgusto aquel domingo de febrero, que Noboa ni siquiera compareció ante los medios.

El presidente/candidato ha ordenado de inmediato a sus ministros que salieran de sus despachos y se desplegaran por el territorio, calle a calle, liderados por dos mujeres: su esposa, Lavinia Valbonesi, y su madre y jefa de su grupo parlamentario de Acción Democrática Nacional (ADN), Annabella Azín. Las redes sociales y los Noboas de cartón a tamaño natural ya habían rendido sus frutos, pero eran insuficientes ante la muy engrasada maquinaria correísta, especializada en su proselitismo puerta a puerta. Y ha sido allí, sobre el terreno, «en los lugares más abandonados, donde dieron esperanza», tal y como ha reconocido el ganador electoral en su primer discurso a la nación tras su sorprendente triunfo.

Las limitaciones que imponen las leyes electorales a que un presidente simultanee su cargo institucional y la vorágine de la campaña han sido ignoradas y vulneradas, sabedor Noboa de que se estaba jugando su futuro político. Y ha acertado. Noboa aprovechó el debate de candidatos para potenciar su imagen de hombre de Estado con mano de hierro y dejó en fuera de juego a su rival, a la que ha sacado de sus casillas hasta insultarle. En ese momento, supo que estaba en el buen camino.

Daniel Noboa y su esposa, Lavinia Valbonesi, tras conocerse los primeros resultados de las elecciones en Ecuador, en su casa en Olón.
Daniel Noboa y su esposa, Lavinia Valbonesi, tras conocerse los primeros resultados de las elecciones en Ecuador, en su casa en Olón.Fernando VergaraAP

El rush final del presidente más joven de América Latina profundizó en la misma estrategia. Nada más cerrarse el pasado jueves la campaña, Noboa decretó el estado de excepción en Quito, Guayaquil, siete provincias y las cárceles para dejar muy claro que es el comandante que necesita su país para enfrentar a las bandas ecuatorianas y a los cárteles mexicanos. Por eso no dudó a la hora de anunciar el indulto para el suboficial que abatió a dos delincuentes durante el atraco a un autobús en Quito.

Cuando el viento sopla a favor, hay que reforzarlo. Por eso el Gobierno ha adelantado que los «gestores de paz» de la Revolución Ciudadana, tan parecidos a los colectivos chavistas y a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba, no tienen futuro en Ecuador. El cordón umbilical entre el correísmo y el chavismo ha emergido como nunca antes, aumentado por las «confesiones» de González, dispuesta a reconocer a Maduro y dispuesta a expulsar a los emigrantes venezolanos en su país.

No se trató del único error mayúsculo de sus rivales, que volvieron a amenazar la dolarización, intocable para los ecuatorianos. La respuesta de Noboa ha profundizado aún más el error, al presentarse como un estadista que negocia con Donald Trump en medio de la convulsión mundial, llegando a acuerdos incluso para que tropas estadounidenses regresen a territorio ecuatoriano. Precisamente EEUU, el país que tiene la máquina de hacer los dólares que tanta estabilidad aportan a los ecuatorianos.

En paralelo, se han conocido varios audios de Augusto Verduga, ex consejero de Participación Ciudadana. «La propuesta de los gestores de paz levantó sospechas y ha sido aprovechado por la campaña de Noboa para potenciar sus puntos en el tema de seguridad. Pero creo que han tenido más peso los audios de Verduga, porque se ha conocido una realidad oculta de las relaciones de poder en la candidatura del correísmo y que señalaban directamente a Correa», preciso para EL MUNDO el politólogo Michel Levi, coordinador del Centro Andino de Estudios Internacionales.

El manejo presidencial de los errores de su rival ha profundizado el miedo nacional al autoritarismo de Correa, el prófugo más famoso del país. «Creo que ha pesado el temor al regreso del correísmo. Incluso puede ser que algunos que votaron por Luisa en la primera ronda optaran por Noboa en la segunda», ha concluido Polga-Hecimovich, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Academia Naval de Estados Unidos.

«La idea de no tener un candidato con una estructura que viene a eternizarse en el poder ha influido finalmente entre los electores. Y sumado al hecho de que Noboa ya está en el poder (durante un año y medio) y requiere de un periodo completo para desarrollar un proyecto político», ha sostenido Levi para este periódico.

Desde que en enero de 2024 Noboa decidiera decretar el estado de conflicto armado interno, quiso imponer la inseguridad como tema principal para el país. Su victoria electoral le ha dado la razón. En su programa electoral, ADN ha destacado el reforzamiento del Bloque de Seguridad (policías y militares) para luchar contra el narco.

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