La Misión de Observación Electoral – MOE dio a conocer cuáles son los riesgos que asechan a las elecciones al Congreso y Presidencia de la República a celebrarse el próximo año 2026 en marzo y mayo. Fraude, violencia, la inestabilidad en las mesas de diálogo de paz y polarización son solo algunas.
@cate_manchola
Ya arrancó el calendario electoral de las elecciones del 2026 cuando los colombianos acudirán a las urnas para elegir a sus nuevos senadores y representantes a la Cámara, así como al sucesor del presidente Gustavo Petro. La contienda electoral del Congreso se desarrollará el ocho de marzo, la primera vuelta por la Casa de Nariño será el 31 de mayo y en caso de una segunda vuelta el 21 de junio.
La Misión de Observación Electoral – MOE emitió un informe donde detalla varios aspectos de las elecciones, entre ellos los riesgos electorales.
De acuerdo con la plataforma, si bien hay algunos factores indicativos de fraude electoral como: atipicidades estadísticas que se presenten en resultados electorales, la intervención indebida de funcionarios públicos, la financiación ilegal/ilícita de campañas, la inscripción irregular de cédulas o trashumancia, y el uso de recursos públicos con fines electorales, también se encuentran varios factores indicativos de violencia que tocan a varios departamentos, entre ellos el Huila.
La plataforma ha podido evidenciar el riesgo que genera la presencia o el accionar de lo que ha denominado como Grupos Armados Ilegales – GAI, por la dispersión y creación de nuevas facciones que pueda darse y sumado a ello la violencia contra liderazgos políticos. Las economías ilegales y gobernanza criminal, desplazamiento forzado y confinamientos, los conflictos y afectaciones medioambientales, incluso violaciones a la libertad de prensa, y narrativas de fraude electoral, así como constreñimiento a candidaturas y comunidades por parte de estos grupos armados ilegales, también podrían poner en jaque las elecciones.
Dichos Grupos Armados Ilegales – GAI hacen presencia en varias regiones del país, por ejemplo, en Huila se encuentran estructuras del los autodenominados Estado Mayor Central – EMC (Iván Mordisco) y la Segunda Marquetalia – SM (Iván Márquez).
La negociación de paz
Para la MOE, la negociación de paz también puede despertar riesgos si se configuran ciertas situaciones, una es la desalineación de políticas de paz, seguridad y estrategia electoral; también la inestabilidad de mesas de diálogo y con ello el surgimiento de nuevas estructuras armadas; los conflictos en las fronteras, así como las elecciones en zonas rurales con alta conflictividad, como el Catatumbo, por ejemplo.
La institucionalidad electoral juega un papel clave. Unos de los desafíos es la capacidad de respuesta del Consejo Nacional Electoral en lo que respecta a revocatoria de inscripción de candidaturas y tribunales de garantías. De igual manera figura la capacidad de la fuerza pública para el acompañamiento en la contienda.
La transparencia y acceso a la información electoral supone otro reto, así mismo, la revocatoria de inscripción de cédulas y la afectación al censo electoral que ello supone.
Las redes sociales eventualmente también abarcan otras alertas, temas álgidos como la polarización, campañas de desprestigio digital, discursos estigmatizantes, la falta de acceso a información confiable, fake news, la mala utilización de la inteligencia artificial, son riesgos latentes. En esa misma línea se resaltan las encuestas y sondeos de opinión tendenciosas y falta de privacidad de datos personales.
Finalmente, hay varias limitaciones a la participación que representan una amenaza para la democracia. Estas son: violencia contra las mujeres en política; barreras a la participación en personas con pertenencia étnico racial, lGBTIQ+, mujeres, y personas con discapacidad. Así mismo, la falta de acceso a los lugares de votación y falta de cedulación.
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La Misión de Observación Electoral – MOE dio a conocer cuáles son los riesgos que asechan a las elecciones al Congreso y Presidencia de la República a celebrarse el próximo año 2026 en marzo y mayo. Fraude, violencia, la inestabilidad en las mesas de diálogo de paz y polarización son solo algunas. @cate_manchola Ya
La Misión de Observación Electoral – MOE dio a conocer cuáles son los riesgos que asechan a las elecciones al Congreso y Presidencia de la República a celebrarse el próximo año 2026 en marzo y mayo. Fraude, violencia, la inestabilidad en las mesas de diálogo de paz y polarización son solo algunas.
@cate_manchola
Ya arrancó el calendario electoral de las elecciones del 2026 cuando los colombianos acudirán a las urnas para elegir a sus nuevos senadores y representantes a la Cámara, así como al sucesor del presidente Gustavo Petro. La contienda electoral del Congreso se desarrollará el ocho de marzo, la primera vuelta por la Casa de Nariño será el 31 de mayo y en caso de una segunda vuelta el 21 de junio.
La Misión de Observación Electoral – MOE emitió un informe donde detalla varios aspectos de las elecciones, entre ellos los riesgos electorales.
De acuerdo con la plataforma, si bien hay algunos factores indicativos de fraude electoral como: atipicidades estadísticas que se presenten en resultados electorales, la intervención indebida de funcionarios públicos, la financiación ilegal/ilícita de campañas, la inscripción irregular de cédulas o trashumancia, y el uso de recursos públicos con fines electorales, también se encuentran varios factores indicativos de violencia que tocan a varios departamentos, entre ellos el Huila.
La plataforma ha podido evidenciar el riesgo que genera la presencia o el accionar de lo que ha denominado como Grupos Armados Ilegales – GAI, por la dispersión y creación de nuevas facciones que pueda darse y sumado a ello la violencia contra liderazgos políticos. Las economías ilegales y gobernanza criminal, desplazamiento forzado y confinamientos, los conflictos y afectaciones medioambientales, incluso violaciones a la libertad de prensa, y narrativas de fraude electoral, así como constreñimiento a candidaturas y comunidades por parte de estos grupos armados ilegales, también podrían poner en jaque las elecciones.
Dichos Grupos Armados Ilegales – GAI hacen presencia en varias regiones del país, por ejemplo, en Huila se encuentran estructuras del los autodenominados Estado Mayor Central – EMC (Iván Mordisco) y la Segunda Marquetalia – SM (Iván Márquez).
La negociación de paz
Para la MOE, la negociación de paz también puede despertar riesgos si se configuran ciertas situaciones, una es la desalineación de políticas de paz, seguridad y estrategia electoral; también la inestabilidad de mesas de diálogo y con ello el surgimiento de nuevas estructuras armadas; los conflictos en las fronteras, así como las elecciones en zonas rurales con alta conflictividad, como el Catatumbo, por ejemplo.
La institucionalidad electoral juega un papel clave. Unos de los desafíos es la capacidad de respuesta del Consejo Nacional Electoral en lo que respecta a revocatoria de inscripción de candidaturas y tribunales de garantías. De igual manera figura la capacidad de la fuerza pública para el acompañamiento en la contienda.
La transparencia y acceso a la información electoral supone otro reto, así mismo, la revocatoria de inscripción de cédulas y la afectación al censo electoral que ello supone.
Las redes sociales eventualmente también abarcan otras alertas, temas álgidos como la polarización, campañas de desprestigio digital, discursos estigmatizantes, la falta de acceso a información confiable, fake news, la mala utilización de la inteligencia artificial, son riesgos latentes. En esa misma línea se resaltan las encuestas y sondeos de opinión tendenciosas y falta de privacidad de datos personales.
Finalmente, hay varias limitaciones a la participación que representan una amenaza para la democracia. Estas son: violencia contra las mujeres en política; barreras a la participación en personas con pertenencia étnico racial, lGBTIQ+, mujeres, y personas con discapacidad. Así mismo, la falta de acceso a los lugares de votación y falta de cedulación.
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POLÍTICA – lanacion