<p>Paralelamente a las negociaciones sobre el número de secuestrados israelíes a liberar por Hamas para lograr una nueva tregua, <strong>Israel amplía sus incursiones terrestres en la Franja de Gaza</strong> mientras continúa sus ataques aéreos reanudados el pasado 18 de marzo.</p>
Un niño que estaba ingresado y necesitaba oxígeno muere tras la evacuación forzosa. Israel, que avisó antes del ataque contra uno de sus edificios, afirma que atacó «un centro de mando y control de Hamas»
Paralelamente a las negociaciones sobre el número de secuestrados israelíes a liberar por Hamas para lograr una nueva tregua, Israel amplía sus incursiones terrestres en la Franja de Gaza mientras continúa sus ataques aéreos reanudados el pasado 18 de marzo.
Esta madrugada, varias dependencias del Hospital Al Ahli en el norte del enclave palestino resultaron severamente dañadas tras un ataque aéreo israelí. Según fuentes gazatíes, dos misiles impactaron en un edificio del complejo sin causar muertos, dado que hubo un aviso previo de Israel para la salida de pacientes, heridos y personal sanitario.
Horas después, sin embargo, un doctor del centro ha indicado que un menor murió tras la evacuación. «El niño había llegado hace unos días y, por el caos que tuvimos al salir corriendo del hospital, su familia le sacó sin saber que había que ponerle oxígeno y perdió su vida», afirmó Udai al Deeb a EFE, señalando que alrededor de la 1:20 de la madrugada el ejército israelí llamó por teléfono para pedirles su salida en 15 minutos.
Mientras Hamas denuncia «este crimen atroz y despreciable», y responsabiliza «plenamente a la ocupación [Israel], a la Administración estadounidense y a los países que participan en el genocidio, como el Reino Unido, Alemania y Francia», el Ejército israelí afirma que, en colaboración con la agencia de seguridad interior [Shabak], atacó «un centro de mando y control utilizado por Hamas» situado en la ciudad de Gaza y también conocido como Hospital Bautista.
«El complejo era usado por terroristas de Hamas para planificar y ejecutar ataques terroristas contra civiles israelíes y tropas de Israel», añade el comunicado militar, señalando que antes del bombardeo tomó «medidas para mitigar el daño a los civiles o al recinto hospitalario, incluida el envío de advertencias [evacuación] anticipadas en la zona de la infraestructura terrorista, el uso de municiones precisas y reconocimiento aéreo».
Según el Ministerio de Sanidad gazatí, el servicio de urgencias y la recepción fueron destruidos. La agencia Reuters informó que los pacientes fueron evacuados después de que alguien dijera que recibió una llamada de alguien que se identificó como miembro de los organismos de seguridad de Israel, avisando de la intención del ataque. «Todos los pacientes y personas desplazadas deben alejarse a una distancia segura», le comunicó, según las informaciones en el lugar. «Tienen 20 minutos para irse», le dijo, según el testimonio del médico, en una evacuación condenada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) «al obligar a decenas de heridos y enfermos dormir en los alrededores con un frío intenso».
La Oficina de Información de Hamas denuncia que el ejército israelí, «como parte de un plan sistemático para desmantelar lo que queda del sistema sanitario en la Franja de Gaza, atacó 34 hospitales» en la ofensiva iniciada tras el ataque yihadista del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel. Las autoridades israelíes, por su parte, denuncian que «el grupo terrorista Hamas viola sistemáticamente el Derecho Internacional al utilizar infraestructura civil y explotar brutalmente a la población civil como escudo humano para sus actividades terroristas». Y piden a Hamas «cesar sus acciones armadas en las instalaciones médicas en Gaza». Gran Bretaña condenó el ataque en el hospital que pertenece a la Iglesia Anglicana.
Por otro lado, en las últimas horas un dron israelí ha atacado un coche en Deir al Balah (centro de la Franja de Gaza), causando seis muertos -según las autoridades gazatíes, eran seis hermanos-, mientras que en otro ataque aéreo en Jan Yunis (sur de Gaza) ha muerto Ahmad al Darbashi, un responsable policial de Hamas.
Al mediodía, el Ministerio de Sanidad bajo control de Hamas indicó que 11 personas murieron en los ataques de la última jornada. Por la tarde, se registraron otros tres muertos en un ataque contra el edificio municipal de Deir al Balah, donde, según el ejército, «se escondían numerosos terroristas». Asimismo, anunció la destrucción de un túnel de 1,2 kilómetros de longitud y 20 metros de profundidad, donde se halló un arsenal, en el norte de Gaza, en una operación en la que dijo que abatió a varios milicianos que pusieron explosivos cerca de sus tropas. En otro comunicado, señala que sus fuerzas atacaron «90 objetivos terroristas en las últimas 48 horas».
Desde la reanudación de los ataques hace casi un mes, cientos de miles de palestinos han vuelto a tener que desplazarse en la Franja de Gaza, ya sea de las zonas donde el ejército israelí anunció que iba a realizar incursiones o desde aquellas donde se lanzarían ataques contra lanzaderas desde las que Hamas y Yihad Islámica dispararon proyectiles contra el sur de Israel.
El portavoz de Hamas, Taher al Nunu, ha negado que la discrepancia principal para lograr un alto el fuego sea el número de rehenes a liberar entre los 59 aún en su manos desde su secuestro hace 555 días. En estos momentos, se discuten tres cifras: cinco rehenes, como aceptó Hamas hace unas semanas; ocho, como propone ahora Egipto; o once, como pide Israel a cambio del cese de la ofensiva militar y la liberación de presos palestinos.
«Nosotros estamos dispuestos a liberar a todos los rehenes a cambio del inmediato cese del fuego y la completa retirada de la Franja de Gaza. Israel no está dispuesta a esta fórmula», declaró al Nunu a la cadena de Al Yazira
Coincidiendo con las palabras del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre un cercano acuerdo para la liberación de rehenes, Hamas también es optimista sobre las posibilidades de éxito de la negociación bajo patrocinio de Qatar y sobre todo de Egipto y Estados Unidos.
El Gobierno de Benjamin Netanyahu asegura que continuará la «presión militar sobre Hamas hasta que libere a todos los secuestrados». Una presión que incluye el control de un nuevo eje de seguridad que aísla la abandonada Rafah del resto del sur de la Franja de Gaza.
Tras la vuelta de Trump a la Casa Blanca, las autoridades israelíes han tomado medidas que hubieran sido criticadas o incluso abortadas por la Administración Biden, como por ejemplo la suspensión de la entrada de ayuda humanitaria anunciada tras el fin de la primera fase de la tregua el pasado 2 de marzo. Desde entonces, la estrategia de Netanyahu y su gabinete es apoyada por EEUU y criticada por gran parte de las familias de los secuestrados, que, preocupadas por lo que les pueda pasar en los túneles de Hamas, han iniciado su segundo Pesaj (festividad judía que celebra la liberación de su pueblo de la esclavitud en Egipto) sin los suyos.
A última hora de la tarde, las sirenas se activaron en amplias zonas de Israel ante la alerta de un misil balístico de los hutíes desde Yemen que fue interceptado.
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